Docentes de la FIO buscan difundir los tratamientos existentes para desechos de baja biodegradabilidad. Con ese objetivo realizan capacitaciones que apuntan a efluentes derivados de industrias como la gráfica, textiles, petroquímicas, lavaderos y fábricas de explosivos.
Docentes de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería de la Unicén comenzaron con cupo lleno, un curso de “Tratamiento de efluentes líquidos de baja biodegradabilidad”, que tiene como objetivo capacitar a los asistentes acerca de los diferentes tratamientos para efluentes de baja biodegradabilidad en desarrollo y existentes comercialmente. Estos efluentes se pueden encontrar en la ciudad, y derivan de industrias como la gráfica, textiles, petroquímicas, lavaderos, fábricas de explosivos, etc.
La capacitación está a cargo de las ingenieras Paula Vitale y Pamela Ramos, la profesora Viviana Colasurdo y el doctor Gastón Barreto.
La iniciativa está dirigida a personas que de desempeñen en áreas de la temática, profesionales con conocimientos en química o estudiantes de Ingeniería Química a partir de tercer año. El tema busca concientizar sobre el impacto de estas actividades, y abrir un nuevo campo de trabajo o investigación a estudiantes.
“Estos efluentes requieren un tratamiento específico, así que abordamos su caracterización, cómo medirlos”, contaron los referentes del equipo de investigación.
“Lo que hoy se usa es comprar un paquete cerrado, una mini planta, que te promete un resultado siempre y cuando compres los reactivos a ese determinado proveedor pero no tienen en cuenta variables que pueden ser el clima, la estación”, señalaron.
“Tratamos de ver el hecho de aplicar tecnologías más económicas, accesibles, aunque en vías de desarrollo acá en la Argentina”.
Un plano macro
Existen otras líneas de investigación relacionadas con el tema. El profesor Maximiliano Delletesse, por ejemplo, trabaja en la separación óptima de componentes sólidos de esos efluentes, y en cómo buscar alternativas tecnológicas, más económicas y locales al tratamiento de esos lodos, que actualmente son costosos y podrían reutilizarse en los mismos procesos que generan su desecho.
En el CTAE, Centro de Tecnologías Ambientales y Energías, la magíster Estella Santalla y la doctora Verónica Córdoba, investigan efluentes biodegradables. En la región serían aquellas vinculadas a la industria alimenticia o a la actividad agropecuaria por ejemplo, y analizan si su carga orgánica puede transformarse en energía.
Así, a través de iniciativas que en ocasiones nacen como trabajos de carrera y derivan en equipos de investigación, Ingeniería atraviesa temas de impacto local, pero que contribuyen con aspectos fundamentales en el cuidado del medio ambiente.Fuente: Punto FIO-UNICEN