Separan los residuos inorgánicos reutilizables y convierten en compostaje la materia orgánica. De ese modo, redujeron un 40% de los desechos que generan a diario. Son usuarios del Ecopunto del parque Eseverri pero es la primera vez que participan en el Ecocanje.
Sofía llega con una enorme bolsa repleta de plásticos, tetra, latas y cartones. A ella le resulta cotidiano depositar lo que considera reutilizable en el Ecopunto del parque Eseverri. Pero es la primera vez que se suma al Ecocanje.
“Siempre nos acercamos a este Ecopunto. Mis papás juntan, igual que mi novio y yo. En casa es un hábito separar los residuos pero vemos que ahora se ha empezado a hacer más común en los demás, la gente se ha familiarizado más”, reconoce la joven de 32 años.
Rodolfo la escucha con atención. “Además nosotros nos hacemos el compost. No tiramos los desechos orgánicos y venimos todas las semanas a tirar acá los inorgánicos”, cuenta con entusiasmo. Eso se traduce en una reducción del volumen de residuos. “Claro que lo notamos. Saco 3 veces por semana la bolsita para que se la lleve el recolector; antes la sacaba todos los días”.
Con el compost abonan sus propios cultivos. “Nosotros tenemos una quinta con tomates, morrones, cebolla de verdeo, puerro, zapallo… Es cuestión de tener ganas más que de contar con un espacio. Mi lote es de 10 x 3 pero están las ganas y la decisión de comer sano”, expone, convencido. Y Gino, que tiene 7 meses, “también está aprendiendo” sobre reciclaje, alimentos saludables y cuidado del ambiente, comenta con orgullo mientras se aleja de la mano junto a su hijo, convencido de que van por buen camino.