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El Centro de Desarrollo Emprendedor e Innovador (CDEI) de la FIO apuesta, desde 2015, a la cultura emprendedora local y regional. El ingeniero Marcos Lavandera explica la función de este espacio, plantea que el Polo es de avanzada, que la Diplomatura es clave, que hay margen de acción emprendedora local en el campo energético y que Olavarría está un paso adelante en la transición hacia las fuentes limpias.

 

“La energía alternativa todavía se está tomando más como un sistema de ahorro de quien la usa que de emprendimiento para generar la tecnología. Nos falta mostrar que esa pantalla solar, ese dispositivo o equipamiento que se va a usar para el ahorro lo podemos producir nosotros y ver qué hacemos para desarrollar ese mercado”, analiza el ingeniero Marcos Lavandera, director del Centro de Desarrollo Emprendedor e Innovador (CDEI) que se creó en 2015 bajo la órbita de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN para estimular la cultura emprendedora.

El profesional hace eje en las oportunidades que se abren en torno de nuevos emprendimientos ligados al campo energético y explica por qué Olavarría se encuentra un paso adelante en cuanto a concientizar, sensibilizar, capacitar, desarrollar oportunidades y promover negocios asociados a las fuentes limpias.

-En términos de energías renovables, ¿qué instancias ofrecen en cuanto a capacitación y apuntalamiento de proyectos?

Lo que ofrecemos es una “pata” complementaria a lo técnico o tecnológico, que es más específico y lo cubre el Polo de Energías Renovables y la Diplomatura. No somos especialistas en energías renovables. Sí damos impulso a aquellas personas que quieran incursionar en términos de emprendimientos o servicios con el armado del proyecto o con un modelo de negocios. Nos complementamos poniendo la visión emprendedora del armado del negocio. Hablamos sobre cómo hacer negocios con las energías alternativas. A eso apostamos.

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-¿Hay avances, proyectos, inquietudes?

Hay distintas líneas de acción pero aún estamos en una instancia de sensibilización. Ofrecemos herramientas. Por ejemplo, colaboramos con el proyecto Eco-ensamble, de Olavarría, que hacen cocinas y hornos solares y postularon para un financiamiento que fue otorgado. A través del Proyecto de Extensión “Para Emprendedores” colaboramos en el desarrollo de la bioconstrucción y termos solares. Lo tenemos como meta pero no hay todavía un desarrollo donde podamos mostrar muchos casos de éxito. Mostramos lo que podemos hacer.

-¿Qué es lo que falta? ¿Recursos, información, un mercado fuerte que apueste a eso?

Es algo muy nuevo, la energía alternativa todavía se está tomando más como un sistema de ahorro de quien la usa que de emprendimiento para generar la tecnología que el otro después va a usar. Nos falta mostrar que esa pantalla solar, ese dispositivo o  equipamiento que se va a usar para el ahorro lo podemos producir nosotros y qué hacemos para desarrollar ese mercado. Estamos en una postura de uso de la energía alternativa y no de producción de los equipos dispositivo y técnica para proveer.

-Incluso, en términos de uso, aún resulta costoso en términos de concientización y accesibilidad…

Sí, eso también ocurre. Pero para el desarrollo territorial tomamos el modelo de Alburquerque en el cual el desarrollo ambiental es clave, la formación de recursos humano es vital para ese proceso y los emprendimientos de triple impacto. Pero aún es incipiente. Falta concientización, sensibilidad y mucha capacitación; de esa interrelación aparecerán las oportunidades de negocios.

-Claro, no depende únicamente de la academia sino de los decisores políticos y empresariales.

Exacto, y es necesario disponer de programas y de financiamiento para estos desarrollos.

 

“El Polo es de avanzada”

 

-En un contexto de crisis, lo ambiental no parece ser una problemática urgente.

No aparece como urgente, pero es importante. Si hablamos de política hasta es un mensaje contradictorio porque vamos por las energías alternativas y no nos alcanzamos a preparar para eso en cuanto a financiamiento, equipos y desarrollo de nuevos emprendimientos o capacitación, salvo de grandes inversores y a la vez tenés una tarifa que no se puede pagar. Hay una contradicción entre lo que podría haber sido, pero no hubo tiempo y esta situación que podría “obligar” a usar energías renovables pero no estamos preparados, no hay una estrategia clara y sincronizada, cada uno hacemos lo que está a nuestro alcance. Está todo desacoplado. Para nosotros, institucionalmente, la creación del Polo es de avanzada donde se da la confluencia de actores políticos, empresarios, industriales, la academia y hay que profundizar eso, seguir trabajándolo, ampliando la mirada de sus objetivos y acciones. 

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-Quizá no sea el momento pero sí el camino.

Si vamos al  momento, pareciera que nunca lo es. Este es el camino y hay que apostar a la  capacitación. La Diplomatura es fundamental, porque  para soportar un progreso de esta naturaleza es necesario tener recurso humano formado. Hoy no hay recurso humano suficiente. Nos faltaría tener 10 proyectos para mostrar pero somos parte de una política institucional que va en ese camino. Las herramientas las tenemos. La idea es que los cursos no sean estrictamente académicos sino oportunidades de desarrollo profesional de los egresados. Si el empleo va a la baja, ¿dónde van a trabajar?, hay que generar nuevas alternativas profesionales. Las energías renovables son un nicho muy atractivo para investigar como negocios, pero están vistas más desde el uso que como producción, tenemos un nicho de desarrollo a explotar.

 

“El camino es irreversible”

 

-¿Hay demandas, quiénes tienen las inquietudes: emprendedores, empresarios?

Como CDEI, en los empresarios no estamos bien instalados todavía y ahí está el rol clave del Polo, que contiene a los empresarios. El CDEI apunta más a la generación de profesionales emprendedores, nuestro perfil es más del emprendedor que empresario, en cómo generar más emprendedores. La relación con las pymes no la tenemos tan aceitada.

 

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-¿Con las potencialidades que hoy tiene Olavarría puede hacerlo?

Sí. Está el conocimiento, las pymes, hay decisiones políticas para hacerlo... ¿Qué falta? Sí, falta plata pero es el huevo y la gallina. Si hoy vienen a Olavarría y ofrecen 10 millones de dólares, ¿lo hacemos? ¿Cuáles son los proyectos? Ahora si tenemos 10 proyectos y necesitamos 10 millones de dólares por ahí se puede aspirar a conseguir las inversiones hasta a nivel internacional. El camino que se está haciendo desde el Polo y la FIO es trascendental. Es concientizar, sensibilizar, capacitar, desarrollamos oportunidades y a los que quieran generar negocios también los ayudamos.  El camino está perfectamente establecido y si necesitamos plata podrán ser empresarios olavarrienses, el Municipio, un programa nacional o internacional… El tema es para qué y el para qué es lo que se está gestando de manera sinérgica. El camino es irreversible, está bien sustentado institucional y empresarialmente. Por ejemplo, con el Pampa Solar, hubo y hay confluencia de muchos actores, empresarios y académicos. Es una muestra clara. Después chocas con otras cuestiones, que obstaculizan los desarrollos de este tipo, por ejemplo, legislativas, pero eso es emprender, buscarle la vuelta a las cosas con los recursos que se disponen y trabajar en red para concretar resultados. Soy optimista y tenemos muchas herramientas para transitar este camino sólidamente. Vamos bien: está la demanda y están las respuestas.

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