Salir al rescate de la biodiversidad, reparar los ecosistemas dañados, apostar a otros modelos de producción y generar menos discursos y más acciones. Este 5 de junio, el docente de Ecología y ex concejal Marcelo Latorre asume que deberíamos tener un equilibrio para potenciar la economía y cuidar el planeta.
“Restaurar los ecosistemas que dañamos serán los principales desafíos después de esta pandemia, para que recuperen su funcionalidad. Todas las especies cumplen roles y funciones dentro de sus hábitats”, plantea Marcelo Latorre, referente de Co.Pe.Bo-Frente de Todos y docente de Ecología.
En el Día Mundial del Ambiente, el ex concejal asume que “deberíamos interactuar y recuperar las especies nativas de árboles en los lugares depredados. La Ley de Bosque en Argentina se debe cumplir y los gobernadores de cada provincia son responsables directos”.
“Siempre con la excusa de crear empleos mal remunerados y reactivar la economía, este modelo ha tenido voracidad de ganancias; la economía mundial busca acabar con la salud humana y con todos los recursos naturales del planeta”, cuestiona.
Por eso, considera que “deberíamos tener un equilibrio para potenciar la economía y cuidar el medio ambiente. Poner fin al extrativismo de la megaminería en forma irresponsable. Vemos cómo a los pueblos se les ha expropiada su naturaleza. Por otro lado la desforestación a través del desmonte está provocando ciclos de inundaciones y de sequias, cambios climáticos y salinización de las aguas”.
A eso le suma que “el fracking genera la emisión de gases contaminantes, provoca la degradación de las aguas subterráneas debido a los flujos incontrolados de gas o fluidos, la fuga de fluidos de fracturación el vertido de aguas residuales”.
Y por último habla de “analizar la dispersión de fumigación con agrotóxicos, que producen impactos crónicos sobre la salud humana, traduciéndose en alergias, problemas respiratorios y neurológicos, malformaciones congénitas, abortos espontáneos, cáncer o la muerte según los informes de la sociedad Argentina de Pediatría”.
Hacia otro modelo
Marcelo Latorre destaca que “hoy debemos adoptar un enfoque que aplique un modelo de extensión desde la agroecológica en todos los sistemas productivos. Más de 1 millón de especies de plantas y animales en el mundo están desapareciendo. Entramos a los ecosistemas y rompemos su equilibrio, con el avance de fronteras agropecuarias con sobreexplotación de los suelos y alteración de su hábitat, con las construcciones de represas y caminos inadecuados, con la contaminación de los cursos de aguas”.
Lo que observa es que “necesitamos políticas públicas sostenidas, donde se protejan los suelos y se visibilice el abandono abusivo de la explotación de los recursos naturales, para comenzar a restauración de territorios degradados”
De hecho, apunta que “tenemos hoy un fuerte desequilibrio de los ecosistemas. El 60 por ciento de los océanos están contaminados. Más de 100 millones hectáreas de bosques tropicales han sido arrasadas en las últimas 70 décadas. La pérdida de biodiversidad debe ser abordada como nuevo desafío para rever el modelo de consumo”.
En ese contexto, señala que “las actividades comerciales e industriales del hombre retomarán el ritmo que llevaban hasta antes de la pandemia. Debemos reemplazar este modelo de producción y consumo, por uno que respete la naturaleza y la diversidad”.
“La ciencia relaciona la perdida de la biodiversidad con la aparición de nuevas pandemias. Cuando se rompe el equilibrio de un ecosistema, aumenta las posibilidades que el virus de una especie, cruce la barrera o infeste a otras especies y al ser humano”, alerta el ex concejal.
Cambios y desafíos
¿Qué vamos hacer después de la pandemia con nuestras prácticas de extracción? ¿Qué vamos a consumir? Serán los grandes desafíos que debemos afrontar en los próximos tiempos, observa el docente.
Lo cierto es que “la construcción y los aportes de soluciones deben tener un abordaje federal e interdisciplinario. Tenemos un Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible con un equipo de profesionales con conocimientos que están implementando políticas con proyectos de innovación y nuevas tecnologías para promover desarrollo sustentable y alcanzar patrones de producción y consumo bajos criterios de sostenibilidad”.
Pero a su vez hace hincapié en que “con urgencia se deben proponer soluciones que el país necesita ya, para mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes. Por ejemplo el tema de los residuos, más 5000 basurales a cielo abierto en Argentina. Deberemos considerar a los recursos que pueden volver a la industria y generar trabajo, contaminar menos y reducir gastos para los municipios. La separación en origen, compostar, reducir, rechazar, reutilizar, reparar y reciclar serán las alternativas para eliminar los basurales que están infectando los suelos y las napas freáticas”.
Finalmente advierte que “el Medio Ambiente no tiene color político, pero si tiene ideología. Lo Ambiental tiene que ver con todo, por eso que es el gran tema transversal a trabajar en este nuevo gobierno. El desafío provocará un cambio”.
A modo de cierre, expone que “sin dudas la Educación Ambiental será fundamental en los próximos años. La inversión y el cuidado intensivo tienen que llegar no solo en zonas protegidas sino para otras áreas como por ejemplo la educación formal en todo el territorio. En los contenidos curriculares, para todos los niveles. Los Consejos Federales deben poner en discusión los contenidos curriculares orientados a mejorar y concientizar una mejor calidad ambiental”.
Su esperanza está puesta en “los jóvenes (que) tienen una fuerte vocación y conciencia ambiental. A su vez una concientización generalizada con hábitos propios. Hay que pasar a la acción. Basta de simposios, congresos y cumbres que no dan respuestas. Las sociedades necesitan de herramientas para implicancias de ejecuciones de proyectos inteligentes que erradiquen la pobreza y sostengan el ambiente”.