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 Desde la Unión Industrial aseguran que a nivel local ya hay propuestas concretas vinculadas al negocio de las energías alternativas.  Por eso asumen la necesidad de acompañar y apuntalar ese desarrollo “desde el día uno” para atender las exigencias que se derivan del actual mapa energético nacional.

 

“En Olavarría hay un know how para salir a ofrecer, y se está haciendo, de componentes vinculados con las energías renovables , con la fabricación de piezas y constituyentes para paneles”, ejemplifican desde la comisión directiva de la Unión Industrial de Olavarría, Romina Baldi y Juan Alvarez. Ambos destacan la conformación del Polo de Ingeniería en Energías Renovables y  Tecnologías Ambientales, al que definen como “un lugar estratégico” para potenciar ideas y negocios vinculados con las energías limpias. “Tenemos que estar desde el día uno. Tenemos la suerte de tener audaces en diferentes tipos de energías, hay proyectos que se están empezando a plasmar y eso es lo atractivo para Olavarría y el Polo”, aseguran y explican por qué.

-Hablar de energías renovables en Olavarría es asociar la temática a la Facultad de Ingeniería. Después todo parece circunscribirse a los discursos y las intenciones pero sin avances concretos…

Romina Baldi: Es Polo es un lugar estratégico y la intención es vincular cuestiones que tienen que ver con lo académico, lo tecnológico y llevarlas al campo de la industria local y regional para potenciar proyectos sobre energías renovables. Hay empresas que ya lo han hecho, hay proyectos en distintas etapas. La idea es potenciar esos negocios que están surgiendo para ser referentes desde la Unión Industrial de ese grupo de actores que están nucleados con nosotros.

Juan Alvarez: Dentro del Polo, desde la Unión Industrial buscamos generar ese acercamiento, unir esos proyectos dispersos para que se desarrollen y motivar a quienes tengan intenciones o estén viendo como oportunidad de negocios a las energías renovables. Queremos  colaborar en ese inicio de producción, que es la pata que deberíamos aportar al Polo.

-¿Hoy las energías renovables son un negocio para los industriales de Olavarría?

 J.A.: Sí, es un negocio porque tiene futuro, con un desarrollo que no tiene límites, ahí ven el atractivo los empresarios. La cuestión ahora es empezar a desarrollar un camino nuevo, que está dando los primeros pasos. Hay que anticiparse para cuando haya un desarrollo mayor y tener empresas preparadas para afrontar esos futuros negocios.

 

Ver la oportunidad del negocio

 

-Al parecer esta concepción está presente en la dirigencia. Ahora, ¿qué pasa con los empresarios, qué se percibe en el territorio? ¿Hay una demanda instalada? ¿Hay audaces?

R.B.: Sí, hay audaces y como todo lo que está en etapa inicial, se requiere de otro tipo de esfuerzos. Hay posibilidades de negocios, demandas reales, cuestiones ya instaladas pero se requiere ciertas ganas de apostar a eso. Hay necesidades concretas a nivel energético, a partir de ahí se abren posibilidades de negocios desde el desarrollo de un software hasta la generación de bioenergía, paneles fotovoltaicos o infinidad de líneas a nivel industrial  como posibilidad de negocios.  

 -¿Y todo ese abanico se puede desarrollar en Olavarría? ¿Hay capacidad industrial instalada para avanzar en los distintos frentes que hoy plantean las energías renovables?

J.A.: Tiene más que ver con el desarrollo empresario que con las características de la región y nuestro primer objetivo es desarrollar proveedores para que abastezcan ciertos componentes a esos proyectos. Hay un marco regulatorio que recién se está definiendo y tenemos que estar desde el día uno. Tenemos la suerte de tener audaces en diferentes tipos de energías, hay proyectos que se están empezando a plasmar y eso es lo atractivo para Olavarría y el Polo.

 -¿Y esos empresarios cómo llegan a poner el ojo inversor en las energías renovables? ¿Quién motoriza esa inercia?

R.B.: En muchos casos surgen de intereses particulares, de empresarios  que ven cierta oportunidad de negocio.

J.A.: Son visiones de negocios y ahora se empiezan a dar las condiciones de mercado para poder desarrollarlas.  Con una tarifa subsidiada como hasta ahora, era inviable cualquier negocio de renovables.

R.B.: Hay un requerimiento energético real que hace unos años no se visualizaba a nivel país. Ahora es irreversible. La demanda crece y hay una necesidad de generar energía a partir de fuentes alternativas.

J.A.: Y cuando uno mira países más desarrollados, a lo que se apunta es a la autogeneración. Se habla de generaciones pequeñas para autoabastecerse; ahí está la fortaleza de las renovables.

R.B.: El desafío viene dado por las escalas, para ver hasta dónde podemos abastecer o no.  En esta etapa entra todo, desde el que desarrolla un software para medir el consumo de energía hasta el que piensa en una plantación o la instalación para una vivienda con un panel fotovoltaico.

 

“Hay un know how para salir a ofrecer”

 

-¿Las empresas que están trabajando lo hacen como proveedores de otros proyectos de no están en Olavarría?

J.A.: Ahí hay una apertura de desarrollo de fabricación de paneles o productos, de asesoramiento de montajes de parques solares, hay diferentes servicios e industrias que se están desarrollando en lo solar. Hay no menos de 3 ó 4 que están trabajando en eso.

R.B.: En biomasa hay un proyecto con industriales que apuestan a la generación de energía en conjunto con el Instituto Leloir, para lograr una especie que se adapte a la zona y pueda generar recursos que se conviertan en combustible para hornos de cemento. En esa línea se está trabajando y está muy avanzada. Otros casos están en etapa inicial. En solar fotovoltaico es en lo que más se ha avanzado. En Olavarría hay un know how para salir a ofrecer, y se está haciendo, de componentes vinculados con las energías renovables , con la fabricación de piezas y constituyentes para paneles.

-El gran industrial ya está exigido, incluso, por normativas internacionales. ¿Ese desarrollo es más complejo cuando se trata de medianos o pequeños industriales, en cuanto a la toma de conciencia y luego llegar a la inversión, que resulta ineludible y a la vez condicionante?

R.B.: La realidad es que hay una oportunidad de negocio. No hay certezas en los tiempos, en el retorno que va a tener o cuándo estarán las cuestiones reglamentarias, pero la necesidad está.

-Esos proyectos incipientes que se registran en Olavarría, ¿son previos a este Gobierno o estuvieron propiciados a partir del actual mapa energético?

J.A.: La idea ya viene de antes. No existía la posibilidad de empezar a trabajarla. Desde hace dos años se comenzó a vislumbrar que se puede empezar a desarrollar y  plasmar en una posibilidad de negocio. Con el Polo buscamos mostrar que Olavarría empieza a desarrollar empresas proveedoras de servicios o productos vinculadas a energías renovables, que se pueden buscan acá soluciones porque se está trabajando para atender una demanda a futuro.  Ahí hacemos hincapié desde el Polo.

R.B.: El Polo es un símbolo de eso, con actores que ya venimos trabajando en la temática para sentarse a una misma mesa y acercar las oportunidades de cada uno y buscar que eso traccione en un mismo sentido.

-Claro, y pensar que detrás de la apuesta empresaria, hay trabajo...

J.A.: Siempre hay una economía que se desarrolla y eso significa mano de obra, impuestos, recaudación, recursos de todo tipo. A todos nos beneficia eso. Ahí está una de las claves.

-¿Desde el Municipio hay un acompañamiento?

J.A.: Sí, el Municipio está muy interesado en el desarrollo de este tipo de proyectos, participa del Polo y es un actor muy interesado en que esto se desarrolle; entiende que el desarrollo tiene que ir por el sector privado que es el que nosotros representamos.

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