La Fundación de Ingeniería para la Innovación contará con una importante inyección financiera de la Fundación Europea para el Clima para desarrollar proyectos vinculados con el carbono cero. El ingeniero Marcelo Spina, presidente de la institución, dice que servirá para potenciar iniciativas de energía solar y eólica.
“Las energías solar y eólica son las más importantes en términos de país” a la hora de apostar al carbono neutral haciendo eje en proyectos capaces de internalizar “nuestra ideología de los territorios”, explicó con entusiasmo el ingeniero Marcelo Spina, actual presidente de la FIPI (Fundación de Ingeniería para la Innovación)
El ex decano de la Facultad de Ingeniería de Olavarría (FIO) dijo que el acuerdo celebrado con la Fundación Europea para el Clima (European Climate Foundation) será clave para dar impulso a iniciativas sustentables que ayuden a mitigar el cambio climático y aspirarar a la carbono neutralidad.
El convenio que se firmó en julio consta de una subvención de U$S 36.00 en el marco de un fondo común para la energía internacional.
La FIPI tiene por objetivo fomentar el desarrollo de la investigación científica y tecnológica de carácter innovadora que viabilice el vínculo entre grupos de investigación, el sector empresarial y la comunidad.
A través de esta colaboración de parte de la fundación europea se podrá contribuir a definir los aspectos centrales de una estrategia que apuntale la implementación masiva de energías renovables solar y eólica en el país, a fines de descarbonizar el sector energético de forma compatible con los objetivos del Acuerdo de París y en un marco de desarrollo integral y sostenible.
De la propuesta formarán parte profesionales de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN con la dirección ejecutiva del Mg. Gabriel Blanco.
“La propuesta consiste en trasladar herramientas de energías renovables a países como la Argentina” y no para generar un nuevo encuadre legislativo sino para definir “cómo desarrollar en forma más masiva en algunos sectores del territorio los recursos eólicos y solares”, precisó Spina.
A priori, “hay estrategias que se podrían formular” y dentro de este escenario “a partir de datos, de analizar qué opinan funcionarios e intendentes, poder diagnosticar y hacer estrategias posibles”, enfatizó el presidente de la FIPI.
Lo que se propone es un desarrollo de matrices alternativas con energías renovables en función de las potencialidades nacionales para poder fijar una hoja de ruta de máxima penetración de alternativas provenientes del sol y del viento de cara a la carbono neutralidad comprendiendo metas intermedios entre 2025 y 2050.
Asimismo, se buscará establecer un mapa de actores y marcos habilitantes necesarios para un amplio despliegue de energía renovable, fundamentalmente eólica y solar fotovoltaica.
Eso implica la elaboración de una herramienta que permita evaluar las consecuencias positivas y negativas de los escenarios energéticos alternativos sobre las dimensiones social, ambiental y económica a través de indicadores de sostenibilidad.
A nivel local y a lo largo de un año, se trabajará con “recursos humanos de la Facultad de Ingeniería pero también con (agentes) externos que ayuden a complementar lo tecnológico con lo social”, apuntó el ingeniero Spina.
