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La doctora Marcela Rodríguez investigadora de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN analiza películas realizadas con desechos de semillas en la Universidad Politécnica de Valencia, España. El objetivo es reemplazar el uso del plástico en los envases de alimentos y bajar los costos ambientales.

Durante los últimos años, la doctora Marcela Rodríguez, docente investigadora de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN, ha desarrollado su actividad dentro de una línea de trabajo de gran impacto sustentable.

Se trata del estudio de películas biodegradables que puedan utilizarse para la creación de envases alimenticios como reemplazo del plástico. El uso de este material es una problemática de nivel mundial. De acuerdo a la Fundación Vida Silvestre, desde el año 2000 en el mundo se ha producido la misma cantidad de plástico que en todos los años anteriores y un tercio de esa producción contamina a la naturaleza.

En este sentido, y con el doble objetivo de también encontrar un uso a las cáscaras de granos que actualmente son desechos de la agroindustria, es que la ciencia estudia alternativas que contribuyan a un escenario más “verde”.

Cuando Marcela Rodríguez halló que en la Universidad Politécnica de Valencia (España) se estudiaba la producción de películas con agregados de extractos fenólicos –componentes antixoxidantes – de cáscaras de girasol aplicó en 2019 a una beca del CONICET que recién se pudo concretar ahora.

 

Destino politécnico

 

“El primer día en la Universidad Politécnica fue hermoso”, contó entusiasmada. “La universidad tiene casi dos kilómetros de extensión, con muchísimos edificios de tres y cuatro pisos. De hecho, a lo largo de su extensión hay cuatro paradas del metro”, graficó Rodríguez, quien trabaja en el edificio del Instituto de Ingeniería en Alimentos para el Desarrollo.

La directora del Instituto dirige además, el proyecto de la docente de la FIO. Hay profesionales de distintas partes del mundo, México, Colombia, Honduras, Brasil, Perú, “es una ciudad muy cosmopolita”, definió la docente.

“El grupo tiene mucha experiencia en el tema, más de 300 publicaciones y técnicas muy novedosas”, contó a 10 mil kilómetros de distancia. Como los laboratorios están altamente equipados con tecnología específica, el objetivo de Rodríguez es analizar la incorporación en películas de los extractos fenólicos de cáscaras de girasol y de alpiste que se llevó de Olavarría.

 

ENVASES

 

“Hay personal de apoyo que te explica cómo utilizar y limpiar los equipos, pero cada investigador trabaja solo. Rápidamente pude comenzar a medir variables, lo que me puso muy contenta. Tenemos una buena formación y estamos preparados para trabajar en otro contexto, con otros recursos, por lo que este tipo de experiencias sirve realmente para potenciarlo”, consideró la investigadora, que aplica un proceso de termoprocesamiento.

 

Menos plástico, más vida

 

Hace años que el grupo valenciano trabaja en la formulación de películas y tiene interés en conocer qué ocurre con el agregado de fenólicos. “Comparo esos resultados con otras películas sin fenólicos o con fenólicos puros, lo que se llama ensayo control”, explicó. Este tipo de compuestos fenólicos otorgan propiedades activas, tienen entre otras, características antioxidantes. “La idea es que este tipo de películas le confieran al alimento una mayor vida útil debido a esas propiedades antioxidantes y también antimicrobianas. Por lo cual aumenta la vida útil de esos alimentos envasados con estas películas”, definió.

Una alternativa al plástico que se utiliza actualmente para envasar alimentos reduciría considerablemente su impacto ambiental.

 

ENVASES4

 

Los extractos fenólicos están presentes en los granos, incluso en su cáscaras, que es la materia prima con la cual trabaja la investigadora. Esas cáscaras actualmente son residuo de la agroindustria. “La presencia de plástico genera grandes problemas ambientales. Y gran parte del plástico deriva de los envases de alimentos, por eso el desafío de la industria es elaborar películas para reemplazarlo. En este caso serían biodegradable”, explicó la Dra. Rodríguez, “pero si además le agregamos compuestos activos se protege el alimento que es la función de cualquier envase y también le aumentamos la vida útil porque provocan un retraso en la oxidación. También le conferimos actividad antimicrobiana. Por eso es importante el desarrollo de las películas”, sostuvo.

Por la profesión de su pareja, la docente pudo trasladarse a Valencia para los tres meses que dura la estancia de investigación junto a su familia. Subieron a un avión junto a su hija de 5 años y su hijo de 3 y se instalaron en Mislata, un barrio próximo al centro de Valencia. “Es una ciudad hermosa, tiene mucha historia y la gente es muy agradable”, destacó la docente de la FIO. “En su momento armar el viaje, con los chicos en este contexto un poco incierto fue muy estresante, pero ahora siento que valió totalmente la pena. Es una experiencia hermosa”, concluyó. Fuente: Punto FIO/Facultad de Ingeniería-UNICEN

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