Unieron Alaska con Ushuaia en 2 autos eléctricos y la Facultad fue parte de esos 40 mil kilómetros de ruta. El Ing. Martín Canabal, uno de los impulsores de dicha travesía -elogiada hasta por el dueño de Twitter-, habla de su estadía en Ingeniería donde “probó” el Pampa Solar y registró el rol de la academia en electromovilidad. El paso siguiente será un documental que dará la vuelta al mundo y la FIO estará ahí.
El record fue doble y compartido: dos vehículos eléctricos lograron unir por primera vez Alaska con Ushuaia y de regreso a Uruguay hicieron escala en la estación de carga de la FIO, posicionándola a nivel internacional a tres meses de su inauguración.
La histórica caravana denominada Electric Americas incluyó 35 mil kilómetros desde el extremo norte del continente hasta la capital de Tierra del Fuego, abarcó 15 países y demandó 6 meses de viaje. El Punto de Carga de la Facultad de Ingeniería fue una de sus paradas obligadas confirmando, una vez más, cómo la institución hace punta en materia de electromovilidad.
La travesía estuvo al mando de Martín Canabal (ingeniero y responsable de la planificación del viaje), María Jesús “Tuti” Iraola (consultora ambiental y responsable de los aspectos relacionados a sustentabilidad, social media y blog) y Oliver Umpierre (realizador audiovisual y director del documental).
Viajaron a bordo de dos Tesla, un Model 3 y el Model en una expedición “oficial” que no culminaría a orillas del Canal de Beagle sino que restarían 4 mil kilómetros hasta volver a Uruguay. Un trayecto en el que escaseaban las posibilidades de inyectar “combustible” a sus autos.
“De los pocos cargadores existentes, el de la Facultad de Ingeniería se destacaba por su alta capacidad y era una parada obligatoria. Nos permitió ahorrarnos una noche”, celebra el Ing. Canabal, retratando un viaje de 6 meses donde 24 horas valen oro.
La opción surgió a través de la AAVEA (Asociación Argentina de Vehículos Eléctricos y Alternativos). Allí consultaron si el punto de carga de la FIO estaba funcionando y obtuvieron el contacto con los responsables del proyecto local.
“Al llegar me estaban esperando y vino hasta la decana (María Haydeé Peralta). Un honor increíble que nos reciban tan bien, nos inviten a comer y nos hagan el recorrido por el laboratorio donde tienen los cargadores y autos solares que compitieron en Atacama”, destaca el uruguayo, tras haber sido guiado por el ingeniero Marcelo Spina, referente de las investigaciones asociadas a la electromovilidad.
La carga demandó varias horas, lo que dio paso a la charla y el intercambio mutuo respecto de la transición a la movilidad eléctrica, los vehículos solares, los cargadores, el emprendurismo y la sustentabilidad. “También soy ingeniero, así que teníamos temas para divertirnos”, asume con entusiasmo.
Dar la vuelta al mundo
Su orgullo ha sido batir el récord y ser “los primeros en hacer la ruta Panamericana, entre Alaska y Ushuaia, en autos eléctricos de producción”. Lo señala mientras recuerda el like de Elon Musk a su tuit donde decía que lo habían logrado. El dueño de Twitter y también de Tesla, se destacaba entre millones de comentarios.
Le sorprenden millones de reproducciones y comentarios en las redes sociales y admite que no da abasto a responder a todos. En ese listado, Tesla también sumó un like y solicitó fotos para subir a su cuenta oficial de Instagram.
La iniciativa “ayudará a acercar los autos eléctricos a las personas, ya que rompemos uno de los cuestionamientos más importantes que tienen los vehículos eléctricos: el rango y hacer viajes largos”, argumenta el Ing. Canabal con aires de triunfo.
Por eso quieren que esta cruzada “verde” de la vuelta al mundo y se disponen realizar la edición final y difusión de un documental que “requiere una inversión muy grande para hacerlo con la calidad que queremos y se pueda emitir en las grandes cadenas de TV/Cable. Si alguna empresa u organización quiere sumarse al proyecto, estaremos encantados en hablar con ellos”, asegura, respecto de los 12 episodios que reflejarán esta inédita expedición.
Si bien lo sabían antes de hacer las valijas, el viaje los terminó de convencer de que la transición a la movilidad eléctrica se dará cuando los cargadores rápidos estén al paso y formen parte del paisaje cotidiano.
“Es fundamental el apoyo de los gobiernos facilitando la instalación de esta infraestructura, brindando reglas claras de funcionamiento y disminuyendo los impuestos para autos eléctricos y cargadores”, plantea, con casi 40 mil kilómetros en su haber.
“La movilidad eléctrica es muchísimo más conveniente para el usuario, por lo que la demanda está. Con eso y reglas claras, las empresas privadas y públicas generarán rápidamente la infraestructura. Por otro lado, muchos gobiernos subsidian los medios de transporte público, y una parte de esta inversión podría ser volcada a electrificar esta infraestructura”, explica, con argumentos prácticamente irrefutables.
El viaje se realizó en base a una minuciosa planificación de la ruta, las distancias, los cargadores, lo que permitió cambiar el trayecto si era necesario, generalmente por cuestiones vinculadas con la filmación del documental.
Eso sí, siempre que “recalculaban”, tenían en cuenta cómo cargar los autos. “Enchufamos los autos donde podíamos, pidiendo permiso para conectarnos directamente en los tableros eléctricos y con eso mejorar la velocidad de carga”, grafica.
La Facultad, un ejemplo
De Alaska a Ushuaia hay todo un continente diverso y muy dispar, con algunos lugares más amigables con el ambiente que otros. “California es, sin dudas, un ejemplo respecto al desarrollo sustentable, con objetivos exigentes y reglas duras al respecto. Pero casi todo es más fácil al ser considerada la sexta economía del mundo”.
“Costa Rica está haciendo un buen trabajo y recientemente aprobaron una serie de leyes y decretos que están ayudando a la transición a la electromovilidad”, observa el uruguayo que luego posa los ojos sobre su país para destacar que están “emitiendo bonos vinculados al cumplimiento de objetivos de sustentabilidad, implementando Nationally Determined Contributions (NDCs) del Acuerdo de París, con redes de carga rápida en rutas y ciudades”.
En este contexto, es necesario marcar el papel juega la academia en medio de esta transición energética.
“Instituciones como la Facultad de Ingeniería de Olavarría cumplen un rol fundamental de generación de conocimiento, teórico y práctico, que luego se vuelca a toda la sociedad. Un ejemplo es el desarrollo de los autos eléctricos solares que compiten en Atacama: gracias a estas actividades se generan tecnologías, y ya se están desarrollando autos eléctricos solares que estarán disponibles al público en breve”, elogia sobre el final con la promesa de volver y reconectar con la estación de carga de la FIO, uno de los mojones determinantes en esa ruta hacia la movilidad sustentable. (Fuente: Facultad de Ingeniería/UNICEN)
