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Desde Civil , Electromecánica, Industrial, Química y Agrimensura se asume la formación y el campo de acción con un enfoque más sustentable a partir de la redefinición de los planes de estudio. El objetivo es que los conocimientos, investigaciones, desarrollos tecnológicos y la “salida” profesional sean capaces de transformar la sociedad, para bien. Un buen motivo para celebrar este 5 de junio.

 

En la FIO hay ambiente y se nota. En las aulas, en los laboratorios y en las acciones, cada ingeniería asume un rol protagónico a la hora de pensar en un mundo menos injusto y más sustentable. Buscan que los conocimientos, soluciones, investigación y tecnología sean fuente de inspiración y sean capaces de transformar la sociedad, para bien. Y este 5 de junio, Día Mundial del Ambiente nos encuentra trabajando, una vez más y como siempre, por un planeta mejor.

Con planes de estudios reformulados y la dimensión ambiental como un eslabón clave que está presente en los contenidos de todas las ingenierías, desde Agrimensura, Civil y Electromecánica hasta Industrial y Química.

Aquí, un breve punteo de lo que se hace dentro y fuera de la Facultad de Ingeniería de Olavarría, en la voz de algunos docentes que tienen detrás suyo todo un equipo de trabajo y de gestión, tal como lo cuentan en los videos que compartimos desde nuestras redes sociales.

 

Ingeniería, una por una

 


“Hoy es un tema fundamental para la formación de ingeniero contemplar lo que ocurre en el entorno y ser parte de este ambiente en el que se está inmerso. El ambiente lo es todo: lo económico, lo social y lo productivo. Dentro del cambio de plan de estudio estamos abordando de manera transversal”, explica con entusiasmo la Ing. Paula Vitale, desde el Departamento de Ingeniería Química.


“Siempre fue un tema instalado de la sustentabilidad y la ingeniería sustentable” señala el Arq. Miguel Cilley, docente del Departamento de Ingeniería Civil convencido de que ahora, por ejemplo, “se han incorporado incumbencias en cuanto a la evaluación de impacto ambiental. Eso se toma transversal a todas las carreras”.

En la FIO “logramos incluir la dimensión ambiental en el tramo de la formación y ojalá se vaya profundizando no solo como una cuestión estrictamente académica sino en otros espacios”, reflexiona la Lic. Romina Baldi, referente del Departamento de Ingeniería Industrial.

El objetivo es claro, determinante: “No solo se apunta a buscar la solución técnica sino la que mejor se adapte y menos impactos negativos tenga en cuestiones medioambientales”, observa la Ing. Daniela Keesler, que trabaja en el Departamento de Ingeniería Electromecánica.

Con la redefinición de planes de estudio “se incorpora a la currícula la materia Gestión Ambiental donde los alumno estudian los efectos que tienen la practicas de la ingeniería y los procesos que pueden utilizar para mitigar efectos secundarios”, destaca el Ing. Luis Polli, desde la carrera de Ingeniería en Agrimensura.

El ambiente está presente “desde los laboratorios, en la gestión de residuos o en minimizar los reactivos que utilizamos. También desde la gestión, que involucra a lo social. Hay que producir procesos más limpios, pensar en reducción de residuos, en reducción de la descarga de efluentes y en cumplir con la legislación”, analiza la Ing. Vitale.

“Los estudiantes desde niveles iniciales tienen materia que se llama Evaluación de Impacto Ambiental que después se analiza en cada materia. Hidráulica, caminos, nosotros en arquitectura, en materiales de construcción de los edificios”, ejemplifica Cilley.

 


Dentro y fuera de la Facultad

 

 
“Trabajamos en extensión, vinculación y transferencia. El Programa de Soberanía Alimentaria es un ejemplo o la profundización de los convenios con industrias que requieran de servicios con lo ambiental como eje central”, asume la Lic. Baldi, que dicta clases de “Gestión ambiental” y “Gestión en Tecnologías Ambientales”.


Otro de los desafíos es plantear el diseño de las construcciones “aprovechando las condiciones climáticas para reducir el consumo de energía, logrando confort óptimo” además de contemplar “el ciclo de calidad de vida de los materiales” y “toda la tecnología que se pueda incorporar a viviendas o edificios, en cuanto a energías renovables”, expone Miguel Cilley, docente de “Arquitectura” y “Construcción de Edificios”.

En sintonía con otras instituciones, como la Facultad de Ciencias Sociales, “venimos trabajando sobre el hábitat popular muy ligado a la sustentabilidad social. Y con compañeros de Materiales, que vienen trabajando con producción de cemento sustentable y a desarrollar a partir de un prototipo de vivienda, vamos a hacer comparación entre construcciones más tradicionales cuál es mejor, con más eficiencia y menor impacto, localizadas en Olavarría y la región”, cuenta el profesional.

La agenda de trabajo es tan amplia como diversa y uno de las problemáticas a abordar desarrollos productivos con “nuevos procesos más limpios, con recuperación de residuos, ya no cómo disponerlos sino cómo recuperarlos y volverlos a precio productivo”, señala la Ing. Vitale.

 


Diagnóstico y acciones concretas

 

 
Las energías renovables se constituyen en otro desafío clave y hay recorrido sostenido con ejemplos concretos: “el diseño de un calculador solar para la Provincia, la modelación de escenarios energéticos para Argentina disminuyendo gases de efecto invernadero y aplicando energías limpias impulsado por el gobierno nacional o la participación de profesores de en cumbres internacionales de cambio climático en representación de la FIO”, comenta la Ing. Keesler, responsable de las materias “Energía, Ambiente y Sociedad”, “Termodinámica” y “Sistemas energéticos”.

En cuanto a movilidad eléctrica, “se han desarrollado el Pampa Solar y diferentes autos impulsados por energía eléctrica y energía solar y lo último el punto de carga de vehículos” ubicado en el predio de la Facultad.


Otro campo de acción es el planeamiento urbano donde “el ingeniero agrimensor participa en la definición de los futuros barrios, considerando los espacios verdes, las escuelas, salas de primeros auxilios e infraestructura”, grafica el Ing. Polli.

También se enfocan en “la minería con proyectos de factibilidad y de impacto ambiental” o ponen bajo la lupa a la agricultura para “dar precisión con imágenes de drones y datos georreferenciados. Por ejemplo, se estudia la sanidad de la vegetación y se aplican agroquímicos de manera limitada”, expone el docente de “Dibujo topográfico y cartográfico” y “Geodesia”.

Una de las herramientas centrales es “la obtención y análisis de imágenes satelitales” o captar información “a través de drones. Hacemos georreferenciacion para realizar diagnóstico de cualquier impacto ambiental que pueda tener una actividad”, sintetizó Polli.

En definitiva, “estamos haciendo todos los proyectos con un perfil ambiental. Es una exigencia real de la comunidad, de la política, que hoy pongamos nuestro foco en proyectos que sean sustentables”, enfatiza la Ing. Paula Vitale, responsable de Introducción a la Química Ambiental y Química Analítica.

¿Qué se pretende? Profesionales “con una visión de sosteniblidad que tengan la capacidad de analizar y promover proyectos y líneas en las cuales no solo se tenga en cuenta lo económico sino lo social y lo ambiental, y que esos sean nuestros ingenieros a futuro”, concluye Romina Baldi, a modo de cierre, sintetizando el reto que hoy tiene la FIO a la hora de formar recursos capaces de generar mundos menos injustos, más equitativos y sustentables. Fuente: www.fio.unicen.edu.ar

 

 

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