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El Ing. Gabriel Blanco, tuvo voz y voto en la última reunión del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) que culminó el lunes en Suiza. De regreso a Olavarría, el investigador de la FIO habla de la justicia climática, del papel “nulo” de la Argentina y de la necesidad de repensar el rol del sistema científico-tecnológico y las Universidades.

 

Ya no hay margen ni tiempo. “Atender las problemáticas del cambio climático es atender las problemáticas de la salud, del aire, del agua y del desarrollo. Las posibilidades están, existen, pero hay que empezar a actuar ya”, reflexiona el ingeniero Gabriel Blanco recién llegado de Suiza y a horas de conocerse el sexto informe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), considerado como una “guía de supervivencia para la humanidad”, en términos del propio secretario general de la ONU, António Guterres.


No es la primera vez que el docente e investigador de la Facultad de Ingeniería participa como experto en una cumbre sobre calentamiento global. Su primera intervención fue en 2007 como representante de Argentina y desde 2010 asiste como autor de informes, con voz y voto respecto del rumbo a seguir en materia de desarrollo sostenible.

Es que la temperatura media del planeta sigue aumentando y los expertos piden una acción urgente. Todo indica que podría ser la última advertencia de atención a los Estados en decisiones políticas antes de que se pierda toda oportunidad de frenar un desastre climático irreversible.

 

Panorama preocupante

 

La temperatura media del planeta llegará a 1,5 grados más respecto a la era preindustrial entre 2030 y 2035 debido a la actividad humana, alertaron los miembros del IPCC de Naciones Unidas. Un aumento que solo logrará limitarse si las emisiones de gases de efecto invernadero se reducen a casi la mitad en siete años.


El IPCC es el organismo oficial mundial de evaluación del cambio climático. El Grupo acaba de publicar su Informe de Síntesis, como colofón a siete años de evaluaciones exhaustivas sobre diversos temas.

El Ing. Gabriel Blanco habla en su rol de experto y advierte que “la situación ya es complicada actualmente, no solo por la pérdida de calidad de vida sino por la pérdida de vidas y de sistemas productivos”.

El especialista observa que “hay que transformar las maneras de producir energía, alimentos, otros bienes y servicios, de manera radical” aunque “no es igual para todos, no todos tienen las mismas posibilidades de transformarse. Es necesario que haya flujos financieros adecuados y giros de países ricos a quienes más lo necesitan”.

La Argentina sufre “una sequía de dos años que está destrozando la producción agrícola-ganadera y en todo el mundo pasan cosas con impactos parecidos. La situación será más grave si no se hace nada”, explica el profesional.


Voluntades que no aparecen

Las negociaciones no fueron sencillas y “lo que se percibe es que no hay una mínima voluntad de actuar, todos son argumentos que llevan a la inacción. Es un juego muy perverso que hace que ninguno actúe ni de un lado ni del otro”, admite el Ing. Blanco.


Los científicos alertan sobre una “bomba climática” que avanza si no se pone freno a las emisiones contaminantes. En el caso de Argentina, “se podrían empezar a hacer algunas acciones que no solo harían mejor adaptación de impacto sino que reducirían las emisiones pero hay que resignar recursos”, explica el referente de la FIO.


Sin embargo, la realidad indica que el país “está financiando la explotación de Vaca Muerta y la compra de petróleo y gas a nivel internacional por 15 mil millones de dólares que salen del recurso del Estado a través de impuestos de los contribuyentes” cuando debería “empezar a transitar otro camino sin esperar financiamiento externo. Es cuestión de resignar recursos que hoy se van a industria de petróleo y gas” cuestionó el especialista.


En el horizonte, no hay buenas señalas. De hecho, la delegación argentina que viajó a Suiza estuvo integrada por “una sola persona del Ministerio de Ambiente que no tenía ninguna instrucción. La participación fue nula”, disparó el Ing. Blanco.

Pensar a futuro

El informe del IPCC no genera compromisos sino que abre un abanico de soluciones posibles haciendo hincapié en que “el cambio climático no va en soledad sino de la mano de mejoras a todo nivel, sea salud, aire, agua, todas vinculadas al desarrollo y a la mejora de la calidad de vida de las sociedades”.


El experto regresó con sensaciones encontradas. “Se ve una falta de voluntad política enorme por distintas razones, de un lado y del otro. Los países desarrollados quieren sostener sus niveles de vida, calidad y confort; y los países en desarrollo siguen con idea de repetir los mismos pasos y modelo de desarrollo que tuvieron los desarrollados hace 50 años, no quieren salirse de esa senda. Estamos complicados porque no se percibe ninguna voluntad política de modificar las cosas”, enfatiza Blanco.


En ese contexto, cabe preguntarse qué papel juega el sistema académico o científico- tecnológico. Gabriel Blanco asume que “también hay que repensar ese rol” y en lugar de “producir conocimiento y tecnologías al servicio de un modelo de desarrollo que busca maximizar la productividad y las ganancias” deje de ser “funcional a un modelo que hay que rever, repensar, revisar y transformar. No está ayudando la academia ni el sistema de ciencia y tecnología”.


El camino no es nada fácil ya que por delante hay “una transformación muy difícil porque son muchas décadas de hacer las cosas de una manera, con alguna gente que se ha beneficiado y que está en lugares de poder sin intención de transformar nada”. Fuente: Facultad de Ingeniería de la UNICEN

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