Será en el marco de la Tecnicatura de Energías Renovables, cuyo primer año de implementación arroja un balance “muy positivo”. Inicialmente, montarán un molino de viento de 400 vatios mediante una torre de 6 metros en el techo del edificio. Ese equipamiento ya llegó y deberán adecuarlo. Pero además le anexarán paneles solares, cuya adquisición dependerá de recursos que envíe el Estado.
“Ha sido un año muy intenso de trabajo y el grupo respondió de manera excelente. Los chicos han sido muy colaborativos, formaron un grupo muy compacto, se buscan y se ayudan a estudiar”, evaluó el director de la Escuela Técnica Nº 1, al poner en valor la Tecnicatura de Energías Renovables que se puso en marcha este año.
Pero el 2020 ya genera nuevos desafíos. Es que “hace unos días llegó la estructura para instalar un molino eólico de 400 vatios con una torre de 6 metros que vamos a montar en el techo de la escuela”, se entusiasmó el docente.
El flamante equipamiento apuntalará una de las iniciativas que ya se barajaban desde la institución y es dotar de energías limpias las instalaciones ubicadas en el corazón del barrio CECO I.
“Los chicos están muy contentos y el año que viene ya tienen como paso previo en esta Tecnicatura realizar el proyecto de la iluminación de la escuela para que sea con energía limpia. Y la idea es poner paneles solares para complementar, en función de las características climáticas de la zona”.
Más allá de que la ley de generación domiciliaria sea un hecho pero esté frenada por falta de reglamentación, desde la escuela decidieron avanzar con esta propuesta de energías renovables.
“Se puede hacer, sí, aunque la ley no esté aún vigente. Lo que no podemos hacer es inyectar energía a la red pero se puede utilizar energía limpia en edificios escolares y en nuestras propias casas”, destacó Diego Cunioli.
De todos modos, y como ocurre en la mayoría de estos emprendimientos, para la adquisición de los paneles solares “dependeremos de la financiación que nos llegue el año que viene”.
La asunción del nuevo Gobierno les genera cierta expectativa debido a que en “en estos 4 años la financiación obtenida fue muy poca en el marco de la ley nacional de escuelas técnicas, el financiamiento se cumplió en un 20% en estos 4 años”, se lamentó el docente.
En la etapa previa a 2015 “se venía cumpliendo y nosotros a través del Plan Mejora podíamos pedir herramientas, equipamiento, insumos y hasta ropa de trabajo para los alumnos. Los chicos solo tenía que venir cuadernito y lápiz, el resto se los daba la escuela. Eso hasta 2015 pero en 2016 y 2017 no se supo más y sólo recibimos 200 mil pesos”, explicó Cunioli.
“Eso frena los proyectos, el incumplimiento de ley a nivel nacional y provincial es una traba que, en el caso del auto eléctrico, pudimos avanzar porque el Municipio financió el proyecto y ya se comprometió a hacerlo el año que viene”. El directivo apeló al ejemplo del vehículo sustentable con el que compitieron en el Desafío ECO YPF ya que de no ser por el apoyo comunal nunca hubieran llegado al Autódromo de Buenos Aires.
En ese caso, la intervención de la tecnicatura en Energías Renovables fue más de apoyo que de transferencia de saberes. Es que “en ese auto de por si la batería se carga como las otras. No es un sistema aparte como el Pampa Solar (diseñado por la Facultad de Ingeniería). Es un auto eléctrico que no tiene cuestiones de la tecnicatura propias más allá de utilizar energías limpias”, observó Cunioli.
Es decir, “viene predeterminado y no podemos poner sistemas auxiliares” aunque es una iniciativa que “nos sirve como disparador para generar otros proyectos”.
Eso sí, las dificultades económicas no disiparon las ganas. De hecho, “vamos a trabajar en algo más grande y estamos en conversaciones con Julio Valetutto, con un proyecto más abarcativo, que tiene que ver con transporte público”, deslizó sobre el final Diego Cunioli sin brindar precisiones con respecto a los alcances de esa proyección.