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La FIO puso bajo la lupa las 120 toneladas de desechos domiciliarios que Olavarría genera por día. Hicieron un muestreo en barrios y localidades. Daniela Keesler, coordinadora del proyecto, explica en qué consiste la asistencia técnica que busca determinar cuánto es reciclable. La referencia nacional promedia el 40%.

 

 

Los 120 kilos diarios de desechos que se generan en la ciudad y las localidades están en la mira de la Facultad de Ingeniería de Olavarría (FIO). A partir de una muestra que incluye barrios y el cordón serrano desde la academia  estudian la composición física, densidad, cantidad por habitante y humedad de los residuos sólidos urbanos.

Desde la institución académica buscan evaluar cuáles son las opciones de recuperación que tienen los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) en nuestro distrito. No hay precisiones respecto del perfil que tiene "la basura" local pero sí una proyección que, a nivel nacional, plantea que hay un 40% del volumen total de RSU que podría convertirse en un recurso con valor de mercado.

En esta nota, la ingeniera Daniela Keesler, coordinadora del proyecto explicó en qué consiste la asistencia acordada entre el Centro de Tecnologías Ambientales y Energía (CTAE) de la Facultad de Ingeniería y la Fundación McKinsey, que promueve el proyecto de Gestión Integral de Residuos Sólidos (GIRO) junto con el Municipio de Olavarría.

 

Barrios y localidades

 

El primer paso del monitoreo de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) fue definir las muestras.  “Se hizo el cálculo en base a la cantidad de población y en función de estudios previos, según una metodología estadística para tener un nivel de confiabilidad. El muestreo se hace con análisis estadístico”, indicó la profesional.

El parámetro más importante es la cantidad de población. Luego “la ciudad se separa en zonas, que llamamos estratos, y según la cantidad de personas (que habitan en cada sector) es la cantidad muestras a tomar”, puntualizó Keesler.

El mapeo incluyó a todos los barrios y localidades del Partido y es de carácter aleatorio. “Se extrajeron muestras de todos lados”, apuntó la coordinadora tras aclarar que este relevamiento no se predetermina a partir del kilaje.

 

 

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Los desechos domiciliarios se analizan sin separación previa. El objetivo es determinar que porcentaje se puede reutilizar.

 

“Depende de la cantidad que tenga cada muestra tomada, no es que se estipula que vamos a procesar tantos kilos sino que depende de las muestras, es decir, de las bolsitas de residuos que el vecino saca, según su consumo domiciliario. La variable kilos/residuos no se fija previamente”, remarcó.

 

Cuál es la composición

 

No hay indicadores puntuales respecto de la composición de los residuos locales ni de cuál es el promedio de basura, compostaje o material inorgánico reciclable que se registra en una ciudad intermedia como Olavarría. 

“En cuanto al promedio de basura, hay un estudio interesante de Tandil. En el informe vamos a comparar. A nivel país, aproximadamente el 40% de los residuos son compostables, y entre un 9 a 12 o 15%, son patogénicos y otros componentes no recuperables, que es basura. Lo demás reciclable”. Es decir que alrededor del 40% de los desechos puede convertirse en un recurso reutilizable.

A nivel nacional, una proyección realizada en 2019, indica que “en compostables hay más del 40%” mientras que “papeles y cartones oscilan entre 13% y 20%, plásticos entre 15 y 20%, vidrio entre 3 y 6%; y patogénicos como pañales, entre el 9 y 11%”, ejemplificó la ingeniera.

Ahora, ¿qué destino pueden tener los residuos que no son basura? “El destino es reciclar. Con lo orgánico, si hay una separación en origen muy buena, que no esté contaminada, se puede hacer compost pero es difícil hacer compost de residuos sólidos urbanos”, reconoció la especialista.

 

 

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La ingeniera Daniela Keesler tiene a su cargo la coordinación del proyecto de análisis de los residuos urbanos de Olavarría.

 

“Se aconseja que se haga en cada casa y hay que concientizar y hacer una campaña bien fuerte sobre el por qué y el para qué se hace y aun así no es seguro que se separe como debe hacerse”, advirtió Daniela Keesler.

 

Recursos no desechables

 

Actualmente, en Olavarría está en marcha una prueba piloto con separación de residuos a nivel domiciliario en los barrios Los Robles y un sector del barrio San Vicente. No obstante, esa selección vecinal no forma parte de este estudio.

“No se analizan los residuos del GIRO. Empezamos a hacer este estudio cuando el GIRO estaba en Los Robles y es el único barrio que no entró en el muestreo. Analizamos los residuos sin separación para evaluar cómo llegan al relleno y qué se puede recuperar. En los del GIRO el análisis lo hace la Municipalidad”, precisó la profesional.

La clave pasa por apostar a un cambio cultural que ayude a pensar el residuo como un recurso y no como un desecho. Hay intentos estatales y privados que promueven la recuperación de residuos pero los desechos domiciliarios siguen siendo uno de los principales desafíos colectivos.

Por eso, es importante estudiar la generación y sus fluctuaciones. “Hay variación según la situación económica y también según las zonas geográficas y la estación del año. En países o ciudades con nivel más alto seguro hay más plásticos, bolsas, la comida se compra más procesada o envasada”, observó Keesler.

En cambio, en distritos “con menor poder económico habrá menos cantidad o en zonas más rurales, porque se compra más natural. Pero es verdad que en ciudades del Primer Mundo ya se está pensando más en la reducción de residuos y compra natural, con productos orgánicos y hay que tomarlo con pinzas esto de analizar los residuos y poder socioeconómico”, comparó la ingeniera.

Asimismo, “los consumos varían según las estaciones del año, más si son ciudades turísticas que tienen una estación marcada como una balnearia, hay gran variación no solo en la clase de basura sino en la cantidad”.

De todas maneras, durante el año, “en una ciudad que no sea turística hay cambios. En verano hay más cantidad de botellas plásticas por gaseosas o envases de yogur o productos frescos que en invierno. Eso marca una estacionalidad. O en meses como diciembre que son las fiestas sube la cantidad de desechos porque hay mayor consumo. Hay diferencias dadas por el año, estación o fechas”, concluyó la ingeniera Keesler, con el eje puesto en diagnosticar el perfil de residuos que generan los olavarrienses y así determinar qué valor de mercado tienen.

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