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No es fácil pero la transición hacia las fuentes limpias es irreversible. Así lo expone el Ing. Mg. Gabriel Blanco, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería, quien señala como motivaciones clave la seguridad energética, el cambio climático más las nuevas inversiones y la generación de empleo. En ese contexto, le concede al Polo de Ingeniería en Energías Renovables y Tecnologías Ambientales un rol determinante en Olavarría y explica porqué.

 

 

La seguridad energética, el cambio climático más las nuevas inversiones y la posibilidad de generar nuevos empleos son las principales motivaciones para apostar a las energías limpias. Hay leyes y hay acciones.  En Olavarría, el Polo apostó a la formación de recursos humanos, la creación de una web propia y la exploración de proyectos de generación a partir de energías renovables.  El financiamiento es un condicionante pero “el proceso de transformación del sector energético es irreversible”, augura el Ing. Mag. Gabriel Blanco, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería de la UNICEN.

“Se va el 2018 y se pueden hacer algunas reflexiones sobre los avances en materia de energías renovables a nivel nacional y local”, expone el  académico.

 

Las motivaciones

 

El ingeniero Blanco asegura que hay tres motivaciones centrales para la transformación del sector energético, en busca de pasar de “un sistema basado en combustibles fósiles, de alta concentración económica y contaminante” a uno que se apoye en “recursos energéticos renovables de mayor diversificación, de reducido impacto ambiental y con potencial para su desarrollo con tecnologías y capacidades locales”.

“La seguridad energética y el cambio climático con los compromisos asumidos por el país en esta materia” son dos de los ejes clave a los que se suma “la posibilidad de atraer nuevas inversiones y generar nuevos empleos que ofrece el sector”.

 

Paraguas legal

 

En este contexto, plantea que se enmarcan las leyes para la promoción de las energías renovables (27191) y de la generación distribuida (27424). La primera de ellas, que exigía el 8% de fuentes limpias para 2018, “empezó a implementarse con cierto impulso a partir de 2016 pero bajo un esquema que no propiciaba necesariamente el desarrollo local de tecnologías y capacidades”, indica el investigador olavarriense.

Eso “parece empezar a cambiar a partir de acuerdos y contratos para la fabricación de partes y componentes nacionales para abastecer proyectos eólicos, solares y de bioenergía”, destaca Blanco.

Por su parte, “la generación distribuida es una gran oportunidad para que este desarrollo se fortalezca y más actores puedan ser parte de los distintos eslabones de la cadena de valor de las energías renovables en la Argentina”.

 

Alianza local

 

En este nuevo mapa  energético, el Polo de Ingeniería en Energías Renovables y Tecnologías Ambientales, creado formalmente durante 2018, con la participación de instituciones clave de la ciudad, “tiene como objetivo contribuir a este desarrollo nacional”, explica el referente de la FIO.

Con esa finalidad “ha comenzado a desarrollar actividades que incluyen la formación de recursos humanos a través de cursos y seminarios, la difusión de noticias vinculadas al sector a través de una página web propia, y la exploración inicial del desarrollo de proyectos de generación a partir de energías renovables”, valora el profesional.

El desarrollo e implementación de este tipo de proyectos “podría permitir, por un lado, a las empresas e instituciones encuadradas en la ley 27191 a cumplir con las obligaciones en el uso de energías renovables, y por otro, a ser fabricantes de partes y componentes, así como proveedores de servicios de esos mismos proyectos”, observa Gabriel Blanco.

De todos modos, “el desarrollo local de las energías renovables no es sencillo y debe vencer algunas barreras, como por ejemplo el acceso al financiamiento. Pero sin dudas, es el compromiso de las instituciones locales y su gente el que podrá hacer posible este desarrollo para una transformación en la forma en que producimos y consumimos energía.  El proceso de transformación del sector energético es irreversible, a nivel global, nacional y tambien a nivel local”, señala el académico.

Por eso, cada una de “las instituciones involucradas tendrá que rever sus estrategias e incluso su propia razón de ser, y así pasar a ser parte de esta transformación, y no una barrera más a vencer”.

En síntesis, el 2019 “encontrará al Polo de Ingeniería profundizando cada una de las acciones ya en marcha y avanzando en nuevas actividades que nos permitan empezar a consolidarnos como referentes regionales en Energías Renovables y Tecnologías Ambientales”, concluye el Mg Gabriel Blanco.

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